Desde que inicié en esto de frecuentar el teatro para ver presentaciones de ballet no había tenido la oportunidad de presenciar un clásico de Shakespeare.
Justo en el fin de semana de que presentaron Otelo —para el Festival de Junio 2019— una buena razón causó que no asistiera, no recuerdo cuál fue.
Argumento de Romeo y Julieta, por el Ballet de Guatemala
La obra se presentó tal y como el programa de mano, que entregaban en las puertas del teatro, indicaba:
¿Qué opinión tengo de la presentación?
Entre tantos tópicos de los que podría opinar o desarrollar este texto sobre la obra me limitaré a comentar las emociones que transmitieron los bailarines.
En primer lugar, si bien es cierto que el personaje principal es el de Romeo, en esta presentación la caracterización de Teobaldo que hizo el bailarín es muy destacable. El papel sabemos que es el del malvado de la historia.
Dotado de histrionismo sin exagerar, el bailarín logró transmitir con su cuerpo, rostro y ademanes la presencia malvada de quien es tramposo, prepotente e incansable buscapleitos. Me gustó mucho su interpretación porque llegué a odiarlo y esperé con ansias a que llegara su fatídico destino.
En segundo lugar creo que el no hablar de los protagonistas sería caer en error sin precedentes. Las bailarines mostraron una vez por qué son los destacados del ballet nacional.
Salvo un ligero movimiento de pies que hubiera provocado una caída estrepitosa de Norman Barrios, dada la velocidad con la que él debía subir y bajar unas gradas altas en una escena que representaba un persecución, todo estuvo a tiempo y coordinado.
El acto en el que se representó la pelea con espadas me impactó por la danza, el movimiento, por esa combinación de ballet con acción.
El momento trágico en Romeo y Julieta
Impactante fue la manera en la que presentaron la secuencia final de la obra. Claro está que imaginar la escena cuando lees la obra es una experiencia inolvidable, así como cuando la ves representada en obra de teatro.
Aquí, verlos a ellos dos, cada uno en su propia tragedia, básicamente muertos de dolor.
Wichovalla 