Estar en los scouts fue una experiencia que recuerdo con alegría y buenos momentos, uno de ellos, algo tan importante como el recibimiento de la Segunda Clase, en el plan de adelanto de la época.

Aquí les cuento algunos detalles sobre qué significa esto de la Segunda Clase y mi anécdota de dicha celebración.

Piñata y pastel en el recibimiento de mi Segunda Clase en los scouts

Esta celebración la vivimos Vale, mi hermana mayor, y yo, juntos. En mi caso obtuve la Segunda Clase, mientras que ella alcanzó la Primera Clase y a ambos nos entregaron los distintivos correspondientes en una ceremonia scout, muy especial, como las del Grupo 80.

Fue una verdadera sorpresa, porque para mí ese día era una actividad normal, como la de cualquier sábado. Sin embargo, al final de la tarde hubo algo que no esperábamos.

Ese día, mi mamá nos preparó una gran sorpresa. Después de las ceremonias, tanto la de Vale como la mía, pasamos a quebrar una piñata y a comer pastel.

Yo la pasé muy alegre, recuerdo que también llegaron mis hermanos menores. El lugar de esta alegre celebración fue en la USAC, y la verdad no recuerdo exactamente en qué facultad o cerca de qué edificio fue todo esto.

¿Qué significaba esto de ganar la Segunda Clase en los scouts?

Para dar pasos en el plan de adelanto, un scout obtenía la Tercera, Segunda y Primera clase en ese orden respectivo. Cuando comienzas tus conocimientos y el aprendizaje de la técnica scout vas progresando en varios aspectos de la vida:

• Tercera Clase: derecho a utilizar la pañoleta de grupo, portar la insignia de promesa scout, insignia de tercera Clase, cintas de patrulla y borlas o escobetas.

• Segunda Clase: Insignia de segunda clase y el derecho y responsabilidad de portar el cuchillo en el cincho, siempre que tuvieras el uniforme completo. Nadie con Tercera Clase podía portar navajas o cuchillos al cinto.
• Primera Clase: Insignia de primera clase, esta está formada por la flor de lis nacional completa con su frase «Siempre Listos».

Famoso «Vino de Baden Powell»

Para la Segunda Clase, en el Grupo 80 se seguía la tradición del famoso vino de Baden Powell. Esto se trataba de un brebaje o menjurje preparado artesanalmente, con un receta ultrasecreta e irrepetible en cada ocasión, y que el convidado a degustarla era quien sería investido con la segunda clase y también su padrino, que debía encontrarse entre los presentes, por ser el último que hubiera recibido esta insignia.

Así que ese día, ambos probamos el delicioso vino, ¡aunque de bebida no tuviera nada! Solo recuerdo un ligero gusto a jalapeño.

¿Se imaginan eso? Ya éramos unos adolescentes, todos los presentes, pero celebramos como niños un logro más en nuestra vida scout.