Hoy les voy a contar cómo es esto de vivir con una perrita rescatada de las calles, con la esperanza de animar a alguien a que en realidad considere esto, como una opción.
Latte llegó a nuestra vida de una manera muy peculiar, aquí les cuento cómo estuvo este asunto.
Tener una perrita rescatada en casa
El proceso de adaptación con Moka, nuestra pastora alemán de año y medio, afortunadamente fue rápido, amigable y con pocas preocupaciones. Moka es territorial, como todo perro único en casa.
Sin embargo, los primeros momentos en casa fueron tensos porque no sabíamos cómo iba a reaccionar cada una: a Moka le conocemos sus cositas, pero a Latte en ese momento, no. Podemos decir que en estos momentos les costaría vivir la una sin la otra.
¿Cómo es Latte?
Ahora bien, ella es toda una ternura. Busca agradarnos con caricias y lamiditas, más cuando ha hecho alguna travesura y sabe bien lo que hizo. Su trato con nosotros es amigable, a veces aún tiene algún tipo de reacción nerviosa frente a situaciones como voz elevada, un sonido fuerte y cosas por el estilo.
Tiene una miradita que te convence a perdonarle su última travesura, donde estés sentado busca ir y subir sus patitas delanteras en tus piernas y a acariciarte con su cabecita, como si fuera un gato. Hay veces que se pasa y le digo que es una encimosa, una intensa.
Mientras que el trato con Moka es un tú a tú, en serio, ella se cree perro grande y se dan batalla cuando juegan, ella se para sobre sus dos patitas traseras para verse más alta que Moka y tratar de intimidarla. Es aquí cuando nos convencemos que Moka en realidad es muy noble, porque Latte la está fastidiando cada vez que puede, ella se deja hacer, se deja ganar hasta cierto punto; cuando ya se enoja, le avisa con algún gruñido y le dice ¡suficiente!
En el aspecto de la alimentación hemos encontrado dificultad para que pruebe sabores nuevos, a lo que no está acostumbrada. Lo que sea carne, ella gustosa. Toda vez sea alguna fruta es poca la que se come, en estos casos, Moka aprovecha a comer el doble.
Decidimos que en cada marzo celebraremos su cumpleaños, así que ya podemos decir que tiene su primera vuelta al sol. Poco a poco aprenderá muchas cosas que le servirán, junto a Moka.
Así vamos en este proceso de crecimiento de Latte, a quien seguiremos dando todo nuestro amor y caricias para que algún día no tenga ni el mínimo recuerdo que deambuló por las calles buscando por comer y jugando ella solita con un viejo trapo sucio, lanzándolo al aire.
Debo insistir, antes, cuando leía adopta, no compres me parecía más un regaño, una orden o imposición del criterio de alguien más por sobre el mío. Sin embargo, comprendo muy bien el hecho de querer comprar el perrito de tus sueños, como es mi caso con Moka. Así que mi mensaje es si está en tus manos, adoptar o rescatar a un perrito, dale una nueva oportunidad a algún perrito o gatito.