En Guatemala se activaron las alarmas a mediados de marzo de 2020 por el primer caso positivo de COVID-19. Recuerdo que en ese fin de semana todavía salimos a dar una vuelta por San Cristóbal, con Ciclistas del Sur. A partir de esa fecha, decidí guardar la cuarentena tal y como lo recomendaron las autoridades y contando con el apoyo de que a partir de esa época mi trabajo es en modalidad home office.
Como era de esperarse, los colazos y travesías se vieron suspendidos por razones más que obvias y mi actividad física se resumió, durante al menos 4 meses, en hacer el intento de ejercitarme en casa.

Primer colazo desde que empezó todo esto del Coronavirus
Se llegó la oportunidad de al fin ir a un colazo que no era para niveles físicos altos y aproveché a salir a pedalear. En esta ocasión salimos 4 ciclistas: Jacky, Marlon, Luigi y yo.
Salimos temprano, a las 6:30 a. m., para aprovechar el poco sol y lograr que el recorrido no fuera tan extenuante.
Llegamos a Villa Canales, donde tomamos el camino hacia Amatitlán. La ruta no la conocía, recuerdo haber utilizado otra para llegar al lago, pero en esta ocasión atravesamos el famoso relleno y seguimos el camino normal buscando Monte Sion.

Empezando la cuesta al salir del relleno nos encontramos a Milton, experimentado integrante de CDS, que venía con todo para abajo, pero se detuvo y nos acompañó de allí en adelante. De hecho, de él surgió la idea de que fuéramos hacia «El Llano», un lugar que quedaría después de «unas 2 buenas subidas y siempre con bajadas». Todo un clásico esto.

Nos desviamos de la carretera principal, la que conduce hacia Amatitlán para ingresar a una aldea y empezar una serie de cuestas de terracería que me sacaron el jugo. Algunas las logré conquistar, pero estos meses de inactividad me pasaron la factura porque tuve que empujar la bici en repetidas ocasiones.

Después de mucho batallar con las subidas llegamos al conocido punto como «Llano de las ánimas» para descansar un poco y rehidratarnos en una tienda de barrio. Después, todo fue bajada para llegar a orillas del Lago de Amatitlán.

Por la situación y las disposiciones presidenciales, los parques permanecen cerrados, el muelle en el que es tradición tomarse fotos también estaba cerrado y continuamos rumbo a «La Barca». Este es un ascenso que se hace en una especie de ciclovía que va paralela a la orilla del lago.

En esta segunda vez que pasé por ese lugar también me vi en la necesidad de bajarme de la bici porque ya no aguanté y porque quería una foto allí.

Al conquistar esta meta, pasamos muy rápidamente por una especie de centro de visitantes porque el policía nos indicó que estaba prohibido el paso, pero que en por esta vez nos dejaría pasar. Con esto, ya estábamos en Villa Nueva, muy cerca de donde empezamos el recorrido.

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