Cómo llegué a trabajar como corrector de contenido

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Sobre cómo llegué a trabajar como corrector de texto o contenido en ambiente web es esta entrada, por cierto, una de las más personales e intimistas que he publicado hasta el momento.

En algún momento no muy lejano escribiré sobre mis vicisitudes al trabajar en servicio al cliente, una época anterior en la que la vida me enseñó mucho, laboral y personalmente.

Así fue como empecé a ser corrector de contenido

Un salto a la vida profesional fue ese día en el que me confirmaron que necesitaban que empezara a trabajar cuanto antes como corrector.

Tres meses antes, más o menos, había empezado el acercamiento para cumplir con las entrevistas y pruebas para aplicar al puesto. Recuerdo muy bien cada entrevista, el orden ya no lo tengo tan claro, pero sí estoy seguro que desde esos momentos me sentí bien recibido.

Recuerdo que la convocatoria por la que apliqué fue en la que buscaban redactor para una sección de tecnología y novedades. Me animé aunque mi experiencia en la redacción se resumía en lo practicado en la vida académica, pero sabía que contaba con suficientes habilidades en la expresión escrita.

Las entrevistas

En las entrevistas con los directores del departamento editorial, de operaciones y recursos humanos, también vino una prueba escrita en algo que se llamaba WordPress (yo ni en cuenta qué era eso).

Después de este proceso, llegó el día de la entrevista con Carlos Cabrera, el director general de XYZ. Ese día lleno de ansiedad, recuerdo que llegué muy temprano al edificio, pero no me acerqué a la oficina sino hasta que faltaba poco para la hora indicada.

Yo imaginaba que sería un señor, mayor, entacuchado (con traje formal y corbata), y circunspecto a más no poder. Nada que ver. Cuando entré a su oficina se le veía ocupado, revisando unas cosas en la computadora, me saludó, me invitó a sentarme, atendió una llamada, se disculpó, que era algo urgente.

Más o menos a media entrevista, como comúnmente pasa, me preguntó que qué era eso de «Letras» y platicamos al respecto. De pronto me hizo una interrogante que siempre recordaré: «¿Qué querés ser cuando seás grande?».

Esa pregunta fue el detonante, la que prácticamente cambió el rumbo de la entrevista, porque me comentó que necesitaría un corrector de texto y me dijo: «¿Te animás a hacer la prueba de corrector?», y por supuesto, acepté.

La prueba para ser corrector

Días después hice la prueba, de la que recuerdo que cometí un error que me tenía sin dormir porque suponía que me dirían «siempre gracias». Afortunadamente, me perdonaron ese desliz.

Recuerdo muy bien cuando me llamaron, pero no pude responder y regresé la llamada a los pocos minutos. Era para que llegara a una entrevista con RRHH, que me tenían una propuesta de trabajo.

Desde ese 2014, gracias a la confianza de Carlos en mis habilidades y deseos de aprender, me desempeño en este campo que tanto me gusta y disfruto.

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