Una obra que hay que leer
Para mí es una nueva incursión en un género desconocido, mejor dicho, en una obra de una ciencia que llamó mi atención desde siempre, pero que no he podido estudiar a profundidad. Este libro está catalogado entre las obras de antropología.
Dicha obra contiene no solo datos que han recabado y descifrado de los jeroglíficos en palacios, templos y estelas, sino que agregan gráficos de los platos ornamentales y rituales que los arqueólogos han encontrado en las diversas excavaciones y exploraciones en el mundo maya.
Afortunadamente, en cuanto se estudia «lo maya» es importante tener claro que se trata de una civilización mesoamericana, es decir, que responde a una época en la que no existían límites geográficos como los actuales.
Se trata de entender que las fronteras de los países actuales no tienen cabida aquí, porque no se trata de ver qué país alberga las más impresionantes o antiguas ruinas o muestras de arte maya. No. Aquí la protagonista es la historia de los mayas, su arte y su legado.
Explicación de jeroglíficos
Algo que me gusta muchísimo de este libro es que explican los jeroglíficos que siempre vi en piedra, por ejemplo, cuando visité Tikal, en Petén, siempre me fascinaron esas figuras talladas en piedra y seguramente me explicaron de qué se trataba, pero no llegó a mi juvenil mente, y desconocedora de tanto, la manera de ver los símbolos que los estudiosos encontraron como patrones que respondían a representaciones de reyes y reinos y las costumbres de indicar vasallajes.
Ahora, poco a poco, voy entendiendo ciertos rasgos que por supuesto son muy buenos ejemplos que los autores del libro decidieron colocar para mostrar al mundo. Entiendo que terminaré de leer el libro y aun así me faltaría demasiado por entender y descubrir, pero sé que estaré feliz por haber alcanzado otros conocimientos que no habría podido obtener en otras circunstancias.