Fuimos con Nidia y con Vania —una de sus amigas del trabajo— a la presentación de la obra de teatro Wenses y Lala en el teatro del IGA, llamado Dick Smith, en la Zona 4 de la capital guatemalteca.
En esta ocasión me gané una entrada doble para la obra en mi lugar de trabajo. De la historia o argumento de la obra tenía muy poca información, así que no sabía muy bien a qué íbamos. Lo único sabido era que no se trataba de un clásico.
Sobre la obra
Esta obra fue muy bien recibida en teatros en su país de origen, México. Fueron los fundadores de Escenarte quienes se dieron a la tarea de trabajar para traer a Guatemala esta puesta en escena.
Wenses y Lala, una historia conmovedora
Me limitaré a comentar aquellos sentimientos que removió en todo mi ser el hecho de escuchar las historias de estos personajes muy bien interpretados por los actores. El argumento lo dejaré para que vayan a verla.
Ellos nos cuentan su historia de una manera amena, con un par de interacciones con el público. Aquí las carcajadas no faltan y el lenguaje florido y muy directo de un hablante de provincia.
También hay partes realmente emotivas, que en mi caso provocaron las lágrimas en una escena muy conmovedora a mi parecer. Sinceramente no hay tiempo para pensar en si será que el de la fila de adelante llorará o no, solo te fluyen y te conectas con el sentimiento que está transmitiendo el personaje.
La obra me pareció muy bien lograda, con la intención de ahondar en historia no muy lejana de una América lastimada por gobiernos autoritarios, así como en mostrar la naturaleza humana por adaptarse a los cambios y etapas que la vida presenta y vivirla lo mejor que podamos.
Espacio para el recuerdo
Había un espacio diseñado para que los asistentes pudiéramos fotografiarnos con un par de elementos distintos de los personajes, Wenses y Lala, así como unas frases.
Los tres aprovechamos a posar para la foto del recuerdo.
Aprovechando que estábamos en 4 Grados Norte, Zona 4
Como a la hora de salir de la obra ya teníamos hambre nos dirigimos a La Esquina, siempre en 4 Grados Norte, que es un espacio con diversos restaurantes y otros lugares culturales.

Ya en La Esquina fuimos muy amablemente atendidos por todos, desde la entrada hasta el momento en el que nos fuimos. Allí nos dimos gusto pidiendo lo que alguna vez dejamos pendiente la primera vez que fuimos con Nidia: Malteadas.
La moraleja que nos dejó esta velada es la siguiente: Elegir ya sean las malteadas o los tacos/chilaquiles porque después ya no cabe nada en el estómago.