Esta fue una aventura muy diferente porque se trató de un ascenso que me forjó un poco más el carácter. Llegar a la cumbre del Volcán de Agua en solitario fue una experiencia especial.
Recuerdo que la primera vez que hice este viaje en solitario fue producto de una serie de tormentos que me perseguían y que busqué la solución en la soledad y el silencio, algo así como una especie de terapia.
De ese primer viaje en solitario no tengo fotografías. No llevé celular con cámara, cámara digital (porque difícilmente había) y ni siquiera cámara con rollo .

Mi segundo ascenso en solitario
Ahora bien, el segundo ascenso en solitario también fue una especie de terapia porque mientras iba subiendo con mi mochila, carpa incluida, en realidad iba diciéndome: ¡qué pecados estoy pagando aquí! porque sí me costó bastante.
No tenía las condiciones físicas necesarias como para afrontar un reto así. Sumado a esto, tenía otro factor en mi contra: la sugestión.

El Volcán de Agua en sí es hermoso, pero el camino que lleva hacia la cumbre es tedioso y solitario, en el que solo ves el camino ya trazado entre el bosque lleno de árboles muy antiguos y la vegetación.

Lamentablemente, para esa época ya se escuchaba de la naciente delincuencia que imperaba en la zona. En algunos sectores, los malhechores aprovechaban lo solitario del lugar para despojar a los excursionistas de sus pertenencias. Nunca me había (ha) pasado, pero uno siempre escucha historias y por eso mencioné la sugestión.
Una difícil decisión
Llegué casi a medio camino cuando empecé a sentir que no iba solo, escuchaba silbidos camino adelante, algo que nunca sabré si en realidad eran los pajarillos del bosque o eran humanos comunicándose en clave (paranoico que es uno).

En la siguiente fotografía aparezco justo cuando me decidí a regresar sobre mi camino y abandonar la misión. Entré a una parcela o finquita que hay en el lugar y conversé con un joven que atendía un pequeña venta de golosinas y aguas gaseosas (la única venta en kilómetros).

Platicando con él, llegamos a la conclusión que bajar al pueblo sería muy tarde para mí y que lo mejor sería que pernoctara en ese lugar y al día siguiente, en las primeras horas hiciera cumbre.

Al día siguiente desde temprano inicié la búsqueda de la cumbre, sin equipo a cuestas. Para mi fortuna hizo buen día, soleado y despejado. Pude apreciar las vistas que lo llevan a uno hasta esa altura y sin ningún contratiempo.
Eso sí, la cima estaba desolada. Yo sabía que no había más montañistas porque no escuché ni vi a nadie pasar.

Puedo afirmar que fue un éxito no solo porque logré bajar sin ninguna dificultad, contratiempo o situación que arriesgara mi integridad. Es difícil decirlo, pero la soledad y el silencio me sirvieron para encontrar las respuestas que iba buscando.
Extraño ir al Volcán de Agua.
Al leer el titulo, una de las primeras cosas q pense fue, en los asaltos, lo peligroso q cuentan q es ese volcan (la sugestion)