El Campo Escuela de los Scouts de Guatemala es San Jorge Muxbal, una finca adquirida en la segunda mitad del siglo XX por la asociación que dirige dicho movimiento juvenil. Es aquí en donde la mayoría de grupos realizan los campamentos en cualquier época del año, por la cercanía a la ciudad y el ambiente de lejanía y soledad que rodea cada centímetro de bosque.
Un campamento de reencuentro
Ahora bien, un fin de semana de este mes tuve la oportunidad de reencontrarme con antiguos amigos de la niñez y adolescencia. Tal reunión se llevó a cabo con la finalidad de llevar a exmiembros de las distintas secciones del Grupo Scout 80 B.P. a recordar viejas glorias.
En mi caso en particular, el deseo inicial fue el de ir a reconectarme con la naturaleza, con la sensación de paz y tranquilidad que un silencioso bosque de pinos y cipreses te puede ofrecer.

Viejos recuerdos, temores, angustias y aventuras
La visita fue todo un éxito, revivir momentos angustiosos al estar elevado a más de 20 metros del suelo (así se percibe ja ja), sobre una estructura de madera y ajustarse al equilibrio y fuerzas propias es de lo más emocionante que puede haber. En esos momentos, el vértigo o el temor a las alturas desaparece, es más, hasta que ya estás nuevamente en el suelo te das cuenta de lo, en serio, muy alto que estuviste y que sin embargo, nada te pasó.

Prácticamente, el pasear de una manera más relajada y tranquila por las áreas de campamento —los campos y subcampos de Muxbal— logran que se te olvide el estrés de tu trabajo, del estudio, las responsabilidades que allí estarán, pero de momento, no.

Disfruté el paseo nocturno más que el diurno. La noche es otro mundo. Es cuando en realidad te das cuenta si tus temores los has vencido o por allí están los recuerdos de las historias de misterio y aparecidos que en algún momento te relataron los mayores. Con qué fin, nunca lo sabré, nadie lo sabrá.

En fin, respirar aire fresco y puro, ejercitarte, mantenerte en movimiento, regresar a la infancia o adolescencia, mantener los lazos de amistad con personas que conociste hace ya algún tiempo, y mucho más es todo eso que me motivaba a participar en ese evento en particular.
Este es el momento de despedir esta entrada con una reflexión propia: No importa la edad que tengas, la esencia de lo que eres permanece en tu interior aunque esté algo maltratado y desgastado el exterior. Y también puedo asegurar que la amistad es imperecedera cuando es real.

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