¿Cómo empezó esto del karate a los 40 años? Desde hace algunos meses traía la inquietud, la idea rondaba por mi cabeza porque quería encontrar una actividad física que me ayudara a reacondicionar el estado físico y en consecuencia, mejorar la salud a través del ejercicio.
De hecho, el año pasado consulté varias opciones de artes marciales que no involucraran combate o pelea, porque realmente no era mi interés enfrentarme a nadie, solo estaba interesado en la condición física.
A finales del año pasado, el 2024, encontré un dojo de Kenpo Karate y fui a averiguar las condiciones de entreno, horarios, consulté si aceptaban adultos en mi condición. ¿Cuál es esta condición? Sedentario, con poca actividad física, con resabios de una fractura en el pie izquierdo y con otra en el tobillo derecho. Todo un paquete.
Me respondieron que sí me aceptaban porque las exigencias irían conforme a mi nivel de respuesta a los ejercicios y que en cualquier momento podía indicar que estaba llegando o había llegado al límite.

¿Qué tan difícil es comenzar en el Karate a los 40 años?
El primer paso, para que no sea complicado, lo mejor es no limitarse a pensar en el número o la edad. Lo primordial aquí es el interés que uno tiene por superarse, enfrentar temores y estar enfocado en lo que se viene.
Ese primer objetivo es dar un paso al frente y buscar el lugar para inscribirse, pero que viene con asistir y ser constante en las clases o entrenos. Ahí está la clave, porque la dificultad que he encontrado es ir a mi nivel, sin sentirme tan presionado por el avance o progreso más evidente de las personas más jóvenes.
Entonces, creo que no es difícil si se cuenta con el ánimo y la disposición de buscar moverte, tener actividad física y que sea algo que te guste. Si por ejemplo, lo tuyo es la hipertrofia o lo estético, siempre hay gimnasios de pesas, como los de cadenas grandes en centros comerciales o en colonias y barrios. La invitación aquí es que hagas ejercicio, tengas movimiento y veles por tu salud, ya que a los cuarenta años de edad ya hemos recorrido cierto camino y los achaques pueden comenzar a aparecer o a hacerse más visibles.

Progresión lenta, pero segura
Por la escasa actividad física que he tenido desde hace un par de años (la pandemia aportó en esto también) y por la vida sedentaria creo que me oxidé un poco. Sin embargo, estoy muy a tiempo de hacer un cambio en mi vida y mi máximo oponente soy yo mismo.
Cada día me reto a asistir y dar lo mejor de mí para progresar a mi ritmo, claro que con exigencias propias, pero sin riesgos de lesionarme, sino por el contrario, disfrutar el aprendizaje y las vivencias de cada clase.
En mi caso la poca flexibilidad ha pesado bastante, incluso más que la parte de la preocupación por esforzar de más el tobillo. Sin embargo, he recibido apoyo y empatía de parte de los senseis, así como consejos para realizar ejercicios que aporten a dicha flexibilidad.
Conforme pasa el tiempo sé que voy progresando y mi salud y mi cuerpo me lo agradecerán. Es todo un reto, pero es algo que me gusta y me ha llamado la atención desde pequeño y estoy en el momento ideal para conversar con mi niño interior y superar algunos temores y obstáculos que se me presentaron en aquellos años.
Así que si estás leyendo estas líneas y transitas por esa ruta de buscar qué hacer de ejercicio, te invito a que te animes. Ya sea que quieras practicar bicicleta de montaña o MTB, taekwondo, MMA, Muay Thai, Kung Fu, futbol o tenis, dale con todo. El objetivo es brindarle a nuestro cuerpo las herramientas para afrontar el futuro.
6 Beneficios de practicar karate a los 40 años
Esta puede ser la decisión de tu vida, en cuanto a salud se refiere, por eso aquí te cuento sobre 6 beneficios del karate a los 40 años que posiblemente sean la respuesta que estás buscando para la toma de decisión sobre qué deporte practicar.
1. Mejora de la condición integral
En el karate se trabaja la fuerza, resistencia, así como la coordinación y la flexibilidad. Cuando llegamos a esta edad, nuestro cuerpo agradece el movimiento funcional y consciente que nos brinda cada entreno.
2. Fortalecimiento de mente y disciplina
Con el hecho de aprender nuevas técnicas, movimientos, bloqueos y más, nos ayuda a mantener el enfoque durante la práctica, memorizar y estimular la concentración. Sin dejar de lado la autodisciplina.
3. Reducción del estrés
Es claro que puede ser una vía para la liberar las tensiones acumuladas por la rutina diaria. El estar enfocados en la clase, el estrés disminuye y nos ayuda a recuperar el equilibrio emocional. De hecho, al comenzar la clase, en el saludo, el sensei nos indica que nos concentremos, pensemos que que la clase será la mejor y olvidemos los problemas, la tareas, las penas.
4. Fomento de la comunidad y apoyo
El hecho de entrenar con distintas personas, en edad, alturas, condiciones físicas y habilidades crea una red de apoyo que inspira y motiva. Nuestro dojo se convierte en un espacio para entrenar u con el paso del tiempo va adquiriendo el carácter de un espacio de crecimiento que compartimos todos.
5. Promueve la autoconfianza
La superación de temores, los avances en las cintas, aprender técnicas de defensa personal y más de lo que aprendemos con el karate nos ayuda a fortalecer la autoestima, la seguridad y la confianza.
6. Es un camino de autoconocimiento
Bien dicen que a partir de los 40 años ya no entrenas para impresionar, por el contrario, es para entenderte mejor. Debiera convertirse en una herramienta para la vida, para que podamos hacer introspección, tengamos equilibrio y un propósito.
Si quieres profundizar o investigar un poco más sobre la elección del arte marcial que quieres practicar si tienes más de 40 años, te recomiendo este artículo.

Espero que hayas encontrado inspiración en estas líneas para iniciar en el camino del karate. Conforme vaya avanzando y aprendiendo te iré contando más sobre esto de karate a las cuarenta primaveras.
