Mi experiencia en la Travesía Tikal-Uaxactún con Onca

Hoy les cuento cómo estuvo la VI Travesía Tikal hacia Uaxactún que organizó Onca, un recorrido por la selva petenera sobre la bicicleta de montaña. Quiero empezar esta entrada por contarles que el 2021 tenía que ser el año para estar en esta travesía, que por uno u otro motivo se veía postergada.

Entonces, aquí les narro mi experiencia sobre la bici por la selva y cómo cumplí el sueño de acampar en Tikal, así como esperar el amanecer en la cima de uno de los templos más altos del sitio arqueológico Tikal.

Foto: José Zapata/Onca Guatemala

Travesía en bicicleta Tikal-Uaxactún de Onca Guatemala

Esta aventura empezó un viernes en la noche, cuando nos reunimos para acomodar bicicletas, abordar el bus y partir hacia Petén. La noche y madrugada fueron para el viaje, ya que aproximadamente, a las 9:00 am llegamos a Tikal.

Estando en el parqueo, estiramos piernas, descendimos del bus y a prepararnos para la pedaleada. Después de la organización respectiva, cada uno de los participantes recibió su kit y preparó la bicicleta para empezar la travesía. Algunos desayunaron en el camino, otros al llegar a Petén, el objetivo era estar listos para el comienzo de la pedaleada.

Escuchamos atentos todas las indicaciones de Campollo para el trayecto. Después recibimos nuestros brazaletes del parque y seguido se dio la señal de empezar, a lo que íbamos.

Foto: José Zapata/Onca Guatemala
Foto: José Zapata/Onca Guatemala

Recorrido por la selva hacia Uaxactún desde Tikal

La travesía se lleva a cabo desde Tikal con dirección hacia el otro parque arqueológico. La ventaja es que el camino está señalado por donde comienza. Es una carretera amplia, de terracería y abundante vegetación en cada lado.

Con sus pendientes y respectivas subidas, columpios como los conocemos, el camino es agradable para recorrerlo de manera relajada o acelerando con el debido cuidado, ya que en ciertos puntos, las orillas de la carretera se humedecen por la piedra caliza y provocan resbalones.

Foto: José Zapata/Onca Guatemala

Y lo que me gusta de estas travesías es que se aprende también. Durante el camino divisamos varias especies de aves, en especial la del Trogón, que podríamos decir que es un primo del quetzal.

También, durante el recorrido, ya casi faltando 10 kilómetros, de la nada apareció un coche de monte, que por poco y provocaba la caída de Oscar. El animalito todavía corrió a la par de algunos ciclistas hasta regresar por donde vino y perderse entre la vegetación. Un compañero llevaba una Go Pro, pero por estar ya cerca y para ahorrar batería en ese momento ya la tenía apagada, según recuerdo por lo rápido del momento nadie pudo captar en imagen el avistamiento del jabalí o coche de monte.

Foto: José Zapata/Onca Guatemala

Delicioso almuerzo en la comunidad de Uaxactún

Parte de la aventura era visitar la comunidad y almorzar un delicioso pollo a la pimienta que nos preparó Mama Neria, quien de manera entusiasta nos dio la bienvenida. También, nos indicó el lugar en el que almorzaríamos y entró a la cocina a continuar con la labor.

Después de comer unas deliciosas tostaditas con una ensalada preparada con el corazón de una especie de palmito, llegó el almuerzo y unas palabras de parte de nuestra amable anfitriona.

Foto: Luis Valladares
Foto: Luis Valladares

Visita al parque arqueológico Uaxactún

Nuevamente tomamos camino sobre nuestras bicicletas para recorrer aproximadamente 4 kilómetros, la mayoría en ascenso para llegar al sitio arqueológico. Nos recibió una ligera lluvia que desapareció al pasar los minutos.

Hicimos el recorrido por las plazas, el observatorio, el juego de pelota y escuchamos atentos las explicaciones, la relación con Tikal y la importancia de las construcciones. Se nos indicó que era el momento de volver hacia Tikal, de nuevo pedaleando. Aquí y más adelante fueron los momentos decisivos para varios de nosotros.

Foto: Luis Valladares
Foto: Luis Valladares

En mi caso, al bajar nuevamente del sitio hacia la comunidad, los famosos calambres me atacaron y ya no me permitieron continuar el recorrido. Con un poco de vergüenza y frustración subí al busito de apoyo, en el que me hicieron favor de colocar la bicicleta.

Parte de mí quería continuar porque me ha pasado en otras ocasiones y sigo, pero también he aprendido a escuchar consejos y ese fue el que recibí: disfrutar el viaje y si mis piernas no me lo permitían, todo estaba bien.

Ahí terminó mi travesía, ya no pude hacer los 23 kilómetros de regreso hacia Tikal.

Foto: José Zapata/Onca Guatemala

Sin embargo, para esa noche se programó una convivencia general con el grupo de cicloturistas. Se armó un churrascón en el que cada quien compartió algún embutido, carne, tortillas y similares, para tener un momento alegre antes de la sorpresa. Se trató del recorrido nocturno que llevó al grupo por una parte que no conocía de Tikal, es una especie de laberinto, entre la selva, pasando por algunos charcos grandes y llegamos a la lagunita donde podíamos ver los ojos lampareados de unos lagartos.

En resumen, fue toda una experiencia acampar en Tikal, escuchar el rugido de los monos, madrugar para la espera del amanecer en lo alto de un templo maya, ver una manada de pizotes, aprender sobre Tikal, nuestro paso por El Remate al retorno a la capital y mucho más.

En este link aparece el álbum completo en el perfil de Facebook de Onca

Foto: Luis Valladares
travesia-tikal-uaxactun-2021